17:28
Sergio sale a la calle y mira su reloj. Las 17:28 del 18 de abril de 2050. Apenas quedan unos minutos para su cita. 20ºC a la sombra. En unos instantes aparece Iñigo y ambos empiezan a hablar y comentan su día a día. Por el camino hacia la estación observan las casas ennegrecidas por el humo que hace unos años expulsaban los coches antes de que se acabase el petróleo. Ahora los coches funcionan con un compuesto entre sodio y amoniaco, que pese a no crear un humo negro, los gases son letales. Todos pensábamos que la electricidad era el futuro pero las grandes empresas decidieron no desarrollar esta tecnología por ser costosa aunque suponga la destrucción de la naturaleza. Siguiendo su camino descubren que un hombre arroja los restos de su restaurante a la calle donde unos niños buscan algo para comer. Sergio e Iñigo continúan andando con el ánimo por los suelos y añorando su juventud en la que no habrían tardado en dejarle las cosas claras al hostelero. Pero ahora ya su época había pasado, estaban demasiado cansados para enfrentarse a alguien mas joven. Ya en la estación observan lo que antes era un edificio limpio y moderno, ahora sin embargo, estaba bastante descuidado. De viaje en autobús, observan enormes urbanizaciones de adosados la mayoría vacíos, dedicados a la especulación. También a través de la ventanilla observan los restos de los molinos eléctricos emplazados por centrales térmicas, parecían tan ecológicos... Al pasar por un pueblo, un grupo de rock sobre un escenario se afana por divertir a cuatro aburridos que les ven con pocas ganas. Me extrañe de ver un grupo ahora son todos tecno. Recordaron sus épocas jóvenes en las que juraban a sus padres que nunca dejarían de rocanrrolear y rieron. Pero fue una risa triste y melancólica. Por fin llegaron a su destino. El pantano de Yesa. Debido a las sequías de los últimos años, estaba a un nivel tan bajo que dejaba a la vista los pueblos que fueron inundados en el recrecimiento bastantes años atrás. Entre ellos, Artieda, el pueblo en que tantos años había vivido Sergio. Observó su casa destrozada, su verdadero hogar. Después vio el bar donde tanto tiempo había pasado conmigo y recordó a su amigo muchas de las historias que habían sido sepultadas allí, sus amigos que ahora apenas sabía algo de un par de ellos y sus recorridos en moto que nunca mas pudieron hacer. Al volver a Pamplona se despidieron y ambos fueron a sus respectivas casas más tristes y melancólicas que nunca. Si en cincuenta años todo estaba así ¿como estaría en otros 50? ¿Se superarían los 40 grados en navidad? ¿Cuanta gente comería los restos que les arrojaban? ¿Cuanto tiempo tardarían en desaparecer todos los bosques? Una vez más decidieron evadirse. ¿Que puede hacer solo ellos?
10 comentarios
danielgomez -
Mikel -
DanL -
Al final si que me he inspirado xD. A seguir bien gente.
Barbara -
Iñigo -
Bárbara -
no hago apenas nada...pero algo es algo...en fin
Besotes, cuidate ^^
PD, hay una revista en mi insti que suele sacar un numero cada seis meses, este curso no creo que saque mas, ( y no dejan meter artículos de fuera...pero a mi me tienen enchufada y pueden hacer una excepcion) quieres que te avise cuando estemos preparando el proximo numero ?^^
besotes
de Hita -
En serio, espero que no acabemos así, pero viendo a "los de arriba" e incluso a mucha gente normal... en fin...
¡Que lo pases bien, Bide!
Por cierto, buen vídeo el de "La Isla de las Flores". ;)
elias -
Garci -
sergio -